La Beautiful es un restaurante de cocina de autor en comedores privados. Abrieron las puertas por primera vez el 22 de octubre de 2016 y desde eso se han dedicado a crear universos conceptuales alrededor de la gastronomía para llevar a los comensales a viajes a través de un menú de degustación de 7 momentos que cambian cada temporada.
El 25 de diciembre de 2019 anunciaron la temporada que abriría el 2020: México. Iniciaron en marzo. Las reservas se agotaron desde el principio y en enero 17 abrieron nuevas fechas en vano. El 16 de marzo, a solo dos semanas de inaugurar la temporada del país latino, tuvieron que cerrar las puertas al público a raíz de la pandemia del Covid- 19.
Para ellos fue más complejo que para otros. ¿Cómo contar un cuento sin ver a los clientes?, ¿cómo lograr emplatados con historia a través de un domicilio?, ¿qué hacer para llevar la magia a los hogares?, ¿qué hacer con todo lo que trajeron de México?
Hablamos con Jorge Jiménez, copropietario y chef del lugar sobre su experiencia en pandemia y cómo el Menú de los Cinco Sabores se volvió un salvavidas en los tiempos de adversidad.

Cortesía de: el Menú de los cinco sabores.
Para empezar, ¿cómo transitaron la pandemia en La Beautiful?
Fue muy fuerte porque más allá de un restaurante, La Beautiful es una experiencia; la gente va y está tres horas comiendo, nosotros hablamos con ellos, hay una conexión. Cuando nos dimos cuenta que teníamos que teníamos que cerrar, fue muy duro.
Tuvimos que cancelar reservas realizadas con 3 o 4 meses de anticipación para el menú de México. Nos dimos cuenta de que de ninguna manera podíamos hacerlo. Entramos en la dimensión de entregar comida a domicilio, tratar de llevar esa experiencia a la casa. Fue muy complejo meter la comida en una caja, porque los emplatados de La Beautiful son estéticos, enigmáticos, y meterlos en recipientes fue muy difícil, pero de esto hemos sacado algo muy bonito y es la reinvención, estar vigentes y unidos. También la camaradería y el apoyo. Lo más lindo de esto es que si en algún momento alguien tiene un problema, nos llamamos, nos apoyamos. [entre los chefs que hacen parte del Menú de los cinco sabores].
Eso ha sido lo más significativo, encontrar una familia detrás de todo, estábamos ahí y no nos habíamos dado cuenta.
Ahora que menciona esa familia que se formó, ¿cómo empezó ese proceso?
Todo comenzó con una llamada. Edgar Miquel nos dijo «Hola, chicos, quiero que hagamos una cena tipo menú entre cinco restaurantes” [El Jardín de las Delicias, Vino y Pimienta, L´angeVin, La Beautiful y Ednia].
Nosotros ya estábamos linqueados con Edgar por Alma (un proyecto de obras de caridad a través de la comida). Entonces, a pesar de que somos muy reservados en cuanto a alianzas, cuando Edgar nos contactó para la cena dijimos que sí, pero queríamos algo más conceptual, que tuviera un trasfondo, una filosofía. Oscar [también copropietario y sommelier de La Beautiful] es especialista en marketing y yo soy publicista y cuando nos metemos en un proyecto, nos metemos con toda, entonces dijimos: “como somos cinco restaurantes, hagamos algo de los 5 elementos, o de los 5 sabores”. A todos les gustó mucho. Vimos que esto podía tener un futuro bonito y empezamos a reunirnos, a enamorarnos todos de todos. Finalmente es un gremio donde hay competencia, pero vimos en la propuesta solidaridad, ganas de salir adelante juntos como restauranteros y la posibilidad de ofrecer un concepto que permitiera llevar los restaurantes a la casa.
Dijimos «hagámoslo», y entre Óscar y yo empezamos a construir la idea visual, la mostramos y les encantó. La primera vez nos repartimos por orden alfabético los sabores. Cuando lo hicimos, no pensábamos que fuera a tener tanto éxito. Hicimos las piezas, las lanzamos y eso se vendió en media hora. La gente estaba encantada.
A raíz de eso decidimos aumentar el número de reservas y el número de fechas por edición; la tercera y la cuarta hicimos dos fechas.
¿Cómo ha sido la experiencia para ustedes a nivel personal?
Esta pandemia y estos cambios nos han tocado las fibras, nos han enseñado que más que ser una competencia, somos personas que brindamos amor a través del alimento y que brindamos una experiencia y nos unimos para eso, para consolidarnos y hacernos fuerza entre todos, que todos estuviéramos vigentes como restaurantes.
Nos hemos sentido muy bien. Es muy bonito porque la visión del chef toma vida a través de ese sabor. Uno explora su identidad en la cocina, sus técnicas, su filosofía, a pesar de que es complejo, porque es meter la comida en una caja y que a la gente le llegue, uno trata de llevar la mejor experiencia.
Durante las cenas, hubo muchos ingredientes locales, ¿cómo fue ese acercamiento?
Nos hemos apropiado de la cocina de autor y de la cocina de aquí, porque la pandemia implicó que muchas cosas tuvieran que ser locales y hay mucha cocina de entorno fabulosa, eso nos permitió entender que con ingredientes regionales se puede reinterpretar mucho. Jugamos con lo local y las técnicas que sabe cada uno. Nos enamoramos de las materias primas que tenemos acá.
Finalmente, ¿con qué palabra describiría la experiencia?
Innovación, porque logramos extrapolar una crisis en algo básico, cinco sabores, y volverlo algo espectacular. Reinterpretar esos sabores, crear un plato para llevar a una casa e hilar eso en una narrativa.
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