Para la tarde, un café. Que preferiblemente no sea tan negro, ni esté caliente como el infierno. Mejor que esté frío. Sí. Así como se lee.
Para la mayoría puede sonar raro, o incluso pueden pensar que la necesidad de cafeína es tal que lo pedimos con hielo para poder tomárnoslo en climas cálidos. Pero lo cierto es que la bebida de moda poco tiene que ver con las ganas de despertar, aunque sí se especule bastante sobre los niveles de cafeína de la misma.
Se trata del cold brew, que es mucho más que un café con hielo. Lo importante aquí es su preparación. Los granos molidos son sumergidos en agua a temperatura ambiente o inferior para realizar una extracción de entre 6 y 48 horas, dependiendo del tipo de café y las preferencias de quien lo prepara.

Esta bebida da como resultado un café con características muy particulares, para muchos menos ácido, aunque aún es materia de investigación. Desde 2011, ha crecido su popularidad con diferentes tiendas en Estados Unidos que la embotelleban. Tanto es así que desde 2015, en la tienda Gregory´s Coffee en Nueva York, el cold brew representa el 65% de las ventas del verano y según Gran View Research, se espera que el mercado de esta bebida crezca un 25% de aquí a 2025.
Pero ni tomar café en climas cálidos es algo nuevo, ni filtrarlo en frío un invento del siglo XXI. De hecho, desde el siglo XVI hay registros de cafés infusionados en frío. El cold brew llegó al mundo occidental cuando los barcos holandeses vieron que en Japón practicaban la extracción en frío con sus tés, y coincidieron en que era una forma práctica de mantener el café durante los viajes sin tenerse que arriesgar al fuego.
De ahí en adelante, estas infusiones largas y a temperaturas bajas representaron una buena opción para la guerra: en Mazagran en 1840 o en Estados Unidos en 1887, donde los soldados podían utilizar estos concentrados sin la necesidad de usar fuego, incluso adicionándole hielo y seguir tomando café en el desierto. A pesar de que al volver a casa las tropas imponían nuevas modas de café frío, el cold brew no tomó tanta fuerza como hasta ahora.
En 1964 Todd Simpson creó el método de extracción Toddy, inspirado en técnicas tradicionales peruanas. Pero es ahora, con las tiendas especializadas, la tercera ola del café, las diferentes investigaciones sobre los beneficios de éste y las botellas con diseños exclusivos cuando el cold brew se volvió una verdadera moda.
Es famoso en los veranos de Europa, los de Norte América, en los países del trópico, y en Colombia comienza a crecer su popularidad. La pandemia, le dio un empujón a este mercado, puesto que la temperatura dejó de ser un problema a la hora de entregar domicilios con cafeína; además de que se puede combinar con otras bebidas como sodas, leche y licores. Los baristas encontraron la posibilidad de vender un café de calidad listo para beber más allá de las puertas de sus tiendas.
Así que si huyes del café porque no te gustan las bebidas calientes, si eres un fan, si estás buscando café filtrado pero sin tener que prepararlo en casa, dale una oportunidad al cold brew. Atrévete a probar la bebida de los veranos, pregunta en tu tienda favorita y si quieres tomarte el mejor del país, sigue de cerca el Campeonato Nacional de Cold Brew que se realizará desde este 10 de octubre. También puedes seguir sus redes (@Qcoldbrew) para conocer a los participantes y votar por la etiqueta más creativa.